domingo, 30 de noviembre de 2008

No quiero.

Es la tercera vez qué me toca seguir esté ritual de esperar horas y horas en un cuarto donde las miradas apuntan hacía el suelo, los parpados de todos se debilitan cada vez más, la tristeza notable en el rostro de los asistentes y el ambiente cargado de una energía extraña. Siento como cada hora que pasa, me consumé con más rápidez.

Es la tercera vez qué me toca caminar hacía el osario, donde sé que jamás va a regresar. Lo más duro es ver cómo comienzan a arrojar la tierra para cubrir el grande socavón. Al arrojar la rosa blanca que tenía entre mis manos mientras hacen eso, le da un aire de cliché películesco.

Y es la tercera vez qué veo sólo la parte de atrás de tu túnica, mientras te vas. Sé que no será la última vez que lo vea de esa forma, hasta que tú y yo nos veamos las caras.

No quiero volver a ver el rostro de alguien ahí adentro.

No quiero.

1 comentario:

Edson "Lobo" Meléndez dijo...

Breve pero directo, me gusto mucho. Puedo considerar una cuestion de suerte, el que hasta ahora no me haya tocado estar en una como situacion que narras...el ser sumamente emotivo me traeria severos inconvenientes.
Me ha interesado bastante tu blog, seguire paseandome por aqui cada que pueda.
Exitos.
Atte.
Beto Malatesta

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...